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Le toca el turno Antonio Miguel Fumero. Investigador de la Cátedra Internet de Nueva Generación de la Universidad Politécnica de Madrid. Coautor del informe Web 2.0 de la Fundación Orange:

Aproximación a la Web de Nueva Generación (WebNG) más allá de la retórica del cambio de versión, incidiendo sobre los mecanismos de participación ciudadana y acción social.

Precedida de la mejor presentación a un ponente que he visto hasta ahora, de Flori Corrionero, coordinadora de la Fundación Germán Sanchéz Ruipérez, Antonio inicia su conferencia partiendo de la relación entre contenido y tecnología

Vídeo grabado “a pulso” por Fernando Juárez, bibliotecario 2.0

Fumero expuso las herramientas y tecnologías propias de la Web 2.0 que tenemos a nuestro disposición los profesionales de la información para aplicar en nuestro trabajo, para nosotros y para nuestros usuarios: Flickr, Xing, Twitter, Fresqui, sindicación de contenidos, etiquetado social… y la aplicación de estas herramientas no tiene sentido sin la colaboración de bibliotecarios y usuarios, se trata de escuchar, enlazar, discutir, compartir, influir, aprender…:

Y la necesaria convivencia nos convierte e infociudadanos… naúfragos en un mar de (des)inFORMAción

La presentación de apoyo a tu intervención, se encuentra disponible en su blog, además de un extenso post donde expone parte de los que nos contó en Peñaranda.

De su conferencia me quedo con muchas cosas, además de su increíble capacidad de ganarse al público y de su facilidad de adaptación al entorno bibliotecario, quiero destacar una de sus frases que debe hacernos reflexionar sobre el concepto de biblioteca en el que pensamos cuando hablamos de bibliotecas de nueva generación o bibliotecas 2.0:

La biblioteca 2.0 tiene que cambiar sus servicios y aptitudes de siempre por algo mucho más complejo…. La biblioteca tiene que redescubrir su propia naturaleza análogodigital en el Nuevo Entorno Tecnosocial (NET). Tal como han intentado hacer algunos medios de comunicación, deben darse cuenta de que no es sólo un lugar físico donde consultar unas obras fijadas en un anacrónico soporte realizado a base de pasta de celulosa, conocido como papel, sino que es algo más. Tampoco se trata de promover la biblioteca virtual como un escaparate paralelo en la Red. Se trata más bien de redefinir la el espacio que debe ocupar la biblioteca en un entorno desterritorializado, en su más amplio significado. El usuario debe poder “navegar” en una biblioteca nueva, percibida como un “espacio” para la lectura, el aprendizaje, el debate, la relación, etc. sin necesidad de diferenciar o separar ámbito real y virtual, ciberespacial.

Un acierto de la organización contar con este figura que se ganó la simpatía de todos los asistentes, en su blog podemos leer también sus reflexiones post-curso, como vivió un teleco unos días entre bibliotecarios:


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