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Las lecturas se acumulan, y con retraso (ya que han pasado algunas semanas desde su publicación) me gustaria recomendar un breve artículo de Mari Carmen Marcos publicado originalmente en Thinkepi: De la estantería a la pantalla hay sólo un paso ¿o un escalón?, un documento para reflexionar y mirar el futuro prometedor de los profesionales de la documentación, porque hay vida más alla del papel y de las bibliotecas tradicionales…

Los bibliotecarios surgen de la necesidad de almacenar documentos de una forma ordenada que permita encontrarlos después. Los diseñadores de interacción (en sentido amplio) surgen de la necesidad de facilitar a los usuarios la utilización de los objetos para su propio beneficio. Cuando se diseñó el formato libro (páginas cosidas y encuadernadas) se hizo pensando en facilitar la lectura. Cuando se les incluyeron índices, la idea era hacer más fácil la localización de los contenidos. Igualmente, cuando se diseña una taza y se le pone asa, se hace así para facilitar su utilización. Cuando se diseña la interfaz de un teléfono móvil, de una web, de una base de datos ¿acaso no se debe pensar en lo mismo?

Esto nos hace pensar que las Ciencias de la Documentación tienen un gran motivo para tomar de la Interacción Persona-Ordenador las pautas que ésta indica, pues se trata simplemente de facilitar a los usuarios que satisfagan su necesidad de información de la mejor forma posible. Al mismo tiempo, la Interacción Persona-Ordenador debe tomar de los profesionales de la información el conocimiento sobre cómo estructurar información, cómo ordenarla, organizarla, clasificarla, en definitiva, cómo hacerla más accesible.


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