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El País entrevista a Karim Gherab, licenciado en Ciencias Físicas y doctor en Filosofía de la Ciencia y José Luis González Quirós del Instituto de Filosofía del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) quienes han recibido el primer premio de la convocatoria anual de la Fundación DMR Consulting (cuyo objetivo es propiciar el análisis y la divulgación de las tecnologías de la información) por su obra El Templo del saber: hacia la biblioteca digital universal.

Los autores caracterizan la segunda revolución de internet como la era de organizar la información de la red (en contraposición a la primera, donde el objetivo era ponerla en circulación):

[...] califican como “revolución silenciosa” la transformación en la que la red se encuentra inmersa en la actualidad, con el propósito de ordenar lo que, en los últimos años, ha sido un caótico y descomunal vertido de información sin apenas orden ni concierto

El ensayo incide en la importancia que Internet ha tenido para la difusión del conocimiento científico, acortando los tiempos de publicación, aumentado el poder de los creadores e instituciones en detrimento de las editoras, y dismunyendo los costos de producción:

“El precio de las revistas científicas especializadas, en las que se publican los artículos relevantes que aportan novedades, había llegado a unos topes que no podían soportar las bibliotecas. Las revistas eran los guardianes del templo del saber”.

Citan iniciativas como los eprints y los archivos abiertos en donde son los propios autores quienes publican cuando y donde quieren sus avances científicos en acceso abierto y en continua revisión: LaTeX, Mathscinet, arXiv.org

“Se trata de una red de interacciones entre expertos que agiliza la comunicación científica”. A juicio de Karim Ghirab, estamos ante un ejemplo de democratización del saber, puesto que “se da mucha mayor participación en la evaluación científica de un artículo”, algo que, en la época del dominio de las revistas especializadas, es decir, desde el siglo XVIII hasta hace cuatro días, quedaba en manos de unos pocos.

El futuro de Internet, a juicio de Ghirab y Gonzaléz Quirós, para por conseguir un gran templo del saber, una biblioteca universal con sus propias leyes, reglas y organización, y en donde serán los propios científicos quienes decidan quien vale y quien no, dando lugar a una gran comunidad de libreros expertos:

“La biblioteca universal digital será la de los libros abiertos”, aquellos a los que se puede llegar mediante infinitas fórmulas, no con los clásicos “título, autor, fecha, número de páginas, editorial, colección y lugar de edición”, que han definido al libro cerrado, el de la era Gutenberg. Con Internet, cualquier palabra que contenga un libro puede ser un descriptor, pues te permite llegar hasta él a través de los buscadores.

La explotación sistemática de las referencias internas de un texto facilitará nuevas formas de acceso, de catalogación y vinculación entre documentos, pronostican los autores del ensayo sobre la biblioteca del futuro.

ACTUALIZACIÓN:

Fabián analiza en La era de los libros abiertos y de las redes documentales algunos aspectos del libro.


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