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Ahogados por la información

En Microsiervos recogen el testimonio de un profesional que tiene que lidiar diariamente con un empacho de información:

Mi jornada empieza muy pronto y lo hace con la lectura apresurada de los cuatro diarios más importantes de mi ciudad. Después empieza el aluvión. Sobre las 8 de la mañana llega a mi correo el primer resumen de prensa, unos 200 folios que recogen lo más importante que ha publicado la prensa mundial. Diez minutos más tarde recibo el resumen de titulares, unos 160 accesos directos a la información publicada en su origen. A las nueve de la mañana llega el resumen de la prensa digital, unas 30 entradas de los confidenciales y publicaciones que nada más son visibles en la red. Sobre las 11 me llega la segunda edición del resumen que recoge lo publicado en la prensa de las capitales de provincia españolas, unos 200 folios más. Diez minutos más tarde, la segunda edición de titulares y una vez a la semana el resumen semanal de los artículos de opinión publicados en la prensa mundial, hablamos de unos 300 folios. Si me siento hambriento de información puedo acceder permanentemente, a través de mi ordenador, a un servicio que, a lo largo del día, va almacenando las grabaciones de todo aquello que se dice en las emisoras de radio y estaciones de televisión de España, sobre una serie de temas prefijados. Si lo quisiera ver y oír todo, necesitaría tres días para poder hacer el equivalente a uno. Es absurdo. Alguien puede pretender no ya que asimile ese volumen de información, sino que tan siquiera tenga ánimo y voluntad de acceder a él. Pero lo recibo porque se supone que es indispensable para mi trabajo. Ja! y aunque a efectos laborales esto no importe demasiado, tengo una vida propia.

Un mal que cada vez afecta a más personas y que paradogicamente es la vuelta de tuerca al problema de la falta de medios para acceder a la información.

El exceso de información, la infoxicación, conlleva un estado de angustia informativa, ante la falta de tiempo para digerir y analizar toda la información que se pone a nuestro alcance.

Richard S. Wurman apuesta en su libro Angustia informativa, por los profesionales de la documentación para poner orden en el caos informativo, pero en estos momento, ni los gestores de información son capaces de haer frente al problema de la infoxicación.

Javier Leiva propone en Infoxicados pero bien, un nuevo perfil profesional, redocumentalistas, que auxilien a su vez a los encargados de seleccionar y analizar la información:

Yo me pregunto si no va siendo necesario que los documentalistas tengan asimismo documentalistas que les hagan un filtrado previo de lo que ellos deberán filtrar después. Y estos, llamémosles redocumentalistas, posiblemente necesiten también a alguien que vaya un paso más atrás para facilitarles el trabajo: ¿peazodocumentalistas? Bueno, y así hasta que el mundo reviente.

Ni por mucho, ni por poco… dos problemas con un mismo protagonista: la información.

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