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El arte de encontrar sin buscar

Todos tenemos la experiencia de estar navegando por la red en busca de algo en concreto y de repente, sin saber cómo, descubrimos una página web, una bitácora, una imagen, o cualquier otro recurso que nos interesa y no tiene nada que ver con lo que en principio estábamos buscando. Ese hallazgo casual (o no tan casual!) se denomina serendipity.

El término serendipity lo acuña en 1754 el escritor británico Horace Walpole cuando leyó un cuento persa de autor desconocido, “The three princess of Serendip” traducción al inglés del italiano “Pereginnaggio di tre giovani, figliuoli del re di Serendippo“, donde los protagonistas encontraban, sin buscarla, la respuesta a problemas que no se habían planteado; que, gracias a su capacidad de observación y a su sagacidad, descubrían incidentalmente la solución a dilemas impensados.

Esa facilidad de encontrar cosas sin ser buscadas le fascinó y estudió y escribió sobre ello sin llegar nunca a descubrir que Serendip existía realmente y se encontraba en Sri Lanka (Isla de Ceilán) nombre que los persas tomaron del árabe Sarandib o Serendib (vocablos que aparecen en obras como Simbad en las Mil y una noches. La palabra inglesa serenditpity no se acepta hasta 1974 y a partir de entonces ha ido consolidándose como término de estudio científico y probabilístico, y hoy aparece como acepción técnica por la Scientific American refieriéndose a coincidencias dificilmente explicables y que se escapan de la mera casualidad:

Nuestra historia tiene como eje central, aquellas coincidencias que muestran cómo el descubrimiento, a menudo, depende de la suerte, o de lo que ha sido llamado ‘serendipia’, es decir, la posibilidad de que la observación caiga en un ojo receptivo.

En nuestra lengua el Diccionario de Manuel Seco, Español actual, define el vocablo Serendipidad: facultad de hacer un hallazgo o descubrimiento afortunado de manera accidental mientras que en el Diccionario on line de la RAE no aparece ninguno de estos términos: serendipiti, serendipity, serendipidad, ni serendipitividad.

Pero el término no se que ha quedado en una mera ánecdota y se ha escrito mucho sobre ello, en 1989 R.M. Roberts publica “Serendipia. Descubrimientos accidentales en la ciencia” y uno de los proyectos de búsqueda de vida extraterrestre se llama también Serendip, según señala José Antonio Millán en su Vocabulario de ordenadores e Internet.

Si bien es cierto que en la serendipitivad interviene en parte el azar o la casualidad no se trata de relacionarlo con la “chiripa”, ya que como decía un famoso proverbio chino “No existe nada llamado azar, por que sea cual sea el camino que elijamos debe conducir a un fin y ese fin es nuestro destino” y serendipity se aplica a descubrimientos inesperados hechos por mentes receptivas.

La serendipitividad fue protagonista en muchos descubrimientos científicos o inventos técnicos. Numerosos fármacos como la penicilina han sido descubiertos por casualidad, al igual que el principio de Arquímedes y como ejemplo de algo cercano a nosotros los famosos post-it nacen a raíz de la búsqueda de un fuerte pegamento que salió mal.

Para saber más:

  • El Caso Ed Wood
  • Historias de la Ciencia para gente curiosa: Serendipi…?QUÉ?
  • Los descubrimientos científicos que nadie buscó
  • Serendipia y sincronicidad
  • Fernando nos informa de un buen enlace de Tomas Baiget, donde se relaciona este concepto con nuestra profesión, echadle un ojo!

    Comentarios v.1
    y más.


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