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Titutilitis versus mamarrachadas

La polémica que cada cierto tiempo revoluciona la lista de discusión iwetel está de nuevo en su punto álgido. Desde hace días los intercambios de opiniones entre los que luchan por el respeto a los licenciados y diplomados en biblioteconomía y documentación, y los titulados de otras carreras que ocupan cargos bibliotecarios, inundan nuestros buzones de correo.

No vamos a hacer aquí apología de uno u otro bando, porque creo que todos tienen su punto de razón. Por una parte considero que hay muchos licenciados en las tradicionales carreras de letras (cuando aun no existía la titulación de biblioteconomía) que están mejor preparados que muchos que ostentan el título de bibliotecario o documentalista; pero por otra parte, cuando ya existen unos estudios dedicados a las bibliotecas y centros de documentación (y un buen numero de licenciados en paro) me parece impresentable que la administración y las empresas no demanden “licenciados en documentación” o “diplomados en biblioteconomía” para tareas eminentemente de nuestro campo.

Como la cosa está que arde, y no quiero levantar más ampollas yo sólo expongo mi opinión:

- Hay gente muy preparada en biblioteconomía trabajando en nuestro campo, aun sin estar licenciados en documentación, que mantengan su trabajo si lo hacen bien.

- Hay demasiadas ofertas para trabajar en bibliotecas, archivos, bancos de datos y centros de documentación, en donde se ignora por completo que existen profesionales titulados en ese campo; que lo tengan en cuenta, para eso existe la carrera. Yo puedo saber mucho de Derecho (ojalá) y no con eso sólo basta para trabajar como abogada. [Vergonzoso: La universidad Carlos III de Madrid ha convocado becas para el departamento de clasificación de la biblioteca, para lo que piden estudiantes de derecho]

Pero si el debate abierto no fuera suficiente, todos estamos hartos de leer y escuchar que nuestra carrera no vale para nada. Los ejemplos son muchos, los comentarios también, pero más grave es aun cuando lo escuchamos de la boca de un conocido escritor:

“Ahora que estoy estudiando para unas oposiciones para la administración pública me doy cuenta de la “titulitis” que hay en este país, porque yo, por ejemplo, no puedo ser bibliotecario, para serlo debo estudiar Biblioteconomía, que es una cosa absurda y para la que no tengo tiempo ni interés por estudiar.”

Extraido de una entrevista a Javier Alonso que Bido ha topado aquí.

Se agradecen más ejemplos de este tipo que nos podais aportar.

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