Subscríbete a
Posts
Comentarios

La frase de la semana

Después me marché y sentí vergüenza frente a aquella anciana y buena señora que, de una manera ingénua y sin embargo verdaderamente humana, había sido fiel a la memoria del difunto. Pues ella, aquella mujer sin estudios, al menos había conservado el libro para acordarse mejor de él. Yo, en cambio, me había olvidado de Mendel el de los libros durante años. Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido.

Stefan Zweig, en Méndel el de los libros


Posts relacionados